Primero, ponte los zapatos. Y enciende todas las luces. Querrás mucha luz. Recoge cualquier cosa que pueda interponerse en tu camino y muévela a otro lugar: sillas, libros, perros, etc.
Luego, recoge los trozos grandes. Por “grandes” quiero decir “lo suficientemente grandes como para que puedas agarrarlos sin tocar los bordes rotos”.
Entonces barre. Usar una buena escoba, una con cerdas emplumadas, y trabajar lentamente. Saque los pedazos pequeños de las grietas y de debajo de cualquier mueble que no pueda mover.
Luego aspire. No use una barredora; use una máquina con una manguera extensible que pueda ser guiada a través de cualquier área que la escoba no pueda alcanzar.
Recuerde, los pedazos de vidrio roto pueden volar muy lejos; asegúrese de expandir el área en la que está trabajando para incluir todos aquellos que puedan haber sido golpeados.
Si todo lo demás falla… He tenido un trozo de vidrio incrustado en mi pie desde hace varios años; te acostumbras.
Sin embargo, puedes ir al médico para sacar ese vidrio de tu pie o de cualquier otra parte de tu cuerpo en la que haya entrado.