El enfoque principal es utilizar una serie de abrasivos muy finos y pulidores de vidrio. El problema de esta estrategia es que lleva mucho tiempo pulir el vidrio y requiere una considerable cantidad de habilidad. Un no-profesional normalmente terminará con un resultado peor.
Utilizo una estrategia diferente como sigue:
(1) limpiar el parabrisas
(2) hacer arcilla en el parabrisas; es absolutamente esencial que todas las partículas se eliminen por completo
(3) utilizar una almohadilla o una toalla de papel que esté muy ligeramente húmeda y ponerle sal de mesa, luego frotar el parabrisas con fuerza
Lo que esto hace es alisar el vidrio, no rayarlo. El vidrio es en realidad amorfo; la sal básicamente empuja el vidrio y lo alisa sin rayarlo. La sal es demasiado blanda y friable para rayar el vidrio, por eso esto funciona. Desde un punto de vista técnico, esto se llama “bruñir”, no pulir.
Una vez más, primero debes alisar bien el parabrisas; si no lo haces, lo rayarás mucho peor.